domingo, 5 de julio de 2009

Un día, se encuentran tres ex-compañeros de clase en una taberna; y tras tomarse algunos tragos, todos empiezan a hablar de ellos mismos.

- Pues mira si soy vago que el otro día paseando por la calle me encontré una cartera repleta de dólares, y por no agacharme a recogerla la dejé en mitad de la calle.

El segundo de los amigos, por no ser menos, dijo:

- Eso no es nada, el otro día yo, yendo por la carretera, vi como se salía de la carretera un furgón blindado: dio cuatro vueltas de campana y dejó todo el arcén de la carretera llenito de lingotes de oro. Por no ensuciarme las manos y para que no me diera dolor de espalda pasé de largo: ni tan siquiera paré.

A lo que responde el tercero:

- Pues lo vuestro se puede aguantar, yo sin ir más lejos el otro día me fui al cine con la parienta y en la oscuridad, cuando me quería sentar, me atrapé los cojones con la butaca y, por no levantarme, me pasé toda la película llorando de emoción.

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