Día de caza. Dos cazadores en diferentes sitios.
Cruza una perdiz y los dos cazadores simultáneamente disparan y el ave cae.
Se inicia una discusión.
-Yo le dí a la perdiz; es mía...
-No, le dí yo y la pieza es mía...
Así un buen rato y no había forma de que llegasen a un acuerdo.
Al fin uno le propone al otro:
-Hagamos una cosa; uno le da una patada en los huevos al otro y el que mejor lo resista sin dar muestras de dolor, se queda la perdiz..
-De acuerdo -dice el otro-.
-Empiezo yo primero -dice el que lo propuso-.
Coge carrerilla y con todas sus ganas le suelta un patadón brutal en los huevos.
El cazador se retuerce por el suelo con unos lagrimones king size, la cara desencajada pero sin emitir un solo sonido... Quince minutos después recuperándose del dolor dice:
Bueno ahora me toca a mí..
Y el otro cazador le contesta:
Pero hombre, ¿vamos a discutir por una perdiz? ¡Quédesela usted, quédesela!
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Cruza una perdiz y los dos cazadores simultáneamente disparan y el ave cae.
Se inicia una discusión.
-Yo le dí a la perdiz; es mía...
-No, le dí yo y la pieza es mía...
Así un buen rato y no había forma de que llegasen a un acuerdo.
Al fin uno le propone al otro:
-Hagamos una cosa; uno le da una patada en los huevos al otro y el que mejor lo resista sin dar muestras de dolor, se queda la perdiz..
-De acuerdo -dice el otro-.
-Empiezo yo primero -dice el que lo propuso-.
Coge carrerilla y con todas sus ganas le suelta un patadón brutal en los huevos.
El cazador se retuerce por el suelo con unos lagrimones king size, la cara desencajada pero sin emitir un solo sonido... Quince minutos después recuperándose del dolor dice:
Bueno ahora me toca a mí..
Y el otro cazador le contesta:
Pero hombre, ¿vamos a discutir por una perdiz? ¡Quédesela usted, quédesela!
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